Skip to main content

Hay muchas formas de hacer que tu andamio sea especialmente resistente a la corrosión. Una de las más baratas es el material de andamio pintado. Sin embargo, si quieres utilizar tu material de andamiaje durante el mayor tiempo posible sin grandes costes de mantenimiento, te recomendamos los sistemas de andamiaje de acero galvanizado.

Pero, ¿qué ocurre realmente durante el proceso de galvanización y qué hace que este tipo de protección contra la corrosión sea tan eficaz?

¿Qué es la galvanización en un andamio?

Los sistemas de andamios y los accesorios de andamios de Kamelperd se fabrican con acero negro galvanizado en caliente en nuestra propia fabrica. La galvanización en caliente significa que el acero se recubre con una capa protectora de zinc. Esto hace que el acero sea especialmente resistente a los daños y a las influencias ambientales.

Esto se debe a que el zinc proporciona tanto una barrera material al acero como una protección activa contra la corrosión. En este caso, el zinc actúa como el llamado ánodo galvánico o de sacrificio. La capa de zinc se “desvía” del acero, por así decirlo, y primero debe ser destruida ella misma por la corrosión antes de que el acero pueda verse afectado. Este efecto anódico del zinc también protege de la oxidación y la intemperie a los bordes cortados o a las zonas dañadas que no están galvanizadas.

¿Cuál es el proceso de galvanización de los andamios?

Paso 1: Se limpia el acero

Para obtener un resultado final de alta calidad, primero hay que limpiar a fondo el acero de cualquier impureza, como la suciedad o el aceite. Para ello, se sumerge en una solución corrosiva, se aclara y luego se decapa en una solución ácida para eliminar también la cascarilla de laminación y el óxido de hierro.

Paso 2: Preparación adicional de la superficie mediante fundente

Después de volver a enjuagar el material tras el decapado, sigue el último paso de la preparación de la superficie: el decapado. Aquí, el fundente, un agente químico de limpieza como el cloruro de zinc y amonio, se aplica al material para eliminar cualquier resto de óxido del acero. El fundente también forma una capa protectora que protege el material de una mayor oxidación durante el contacto con el aire antes de la galvanización.

Paso 3: El acero se sumerge en el baño de zinc

Ahora es el momento del paso real, la galvanización. Y aquí también queda claro por qué había que limpiar el acero tan a fondo de antemano. Porque el zinc no reacciona con el acero que tiene las más pequeñas impurezas. Durante la galvanización, el acero se sumerge en un baño de zinc fundido. En el proceso, el contenido de hierro del acero reacciona con el zinc, formando una serie de capas de aleación de zinc y hierro unidas metalúrgicamente y, finalmente, la capa exterior de zinc puro.

Paso 4: Inspección final del material galvanizado

Tras la inspección visual y la comprobación del grosor de la capa de zinc con un medidor de grosor magnético, el proceso de galvanización ha concluido.